Este aire forma parte del ciclo del agua, un proceso de nuestro planeta. El agua se evapora de los ríos, de los lagos y de los océanos. Es llevado a la atmosfera, donde se acumula en forma de nubes. Al llegar las nubes a un punto de saturación se forman gotitas de agua que caen a la tierra en forma de lluvia; misma que se escurre y acumula en los cuerpos de agua, y todo el proceso comienza de nuevo.
El problema es que este ciclo del agua para por períodos secos. Debido a esto, las mentes inquietas de los inventores se han preguntado ¿para que esperar? ¿Por qué no tomar directamente el agua de la atmosfera? Y precisamente la idea que un inventor australiano ha desarrollado. Max Whisson es el creador del “Molino Whisson”, una máquina que utiliza la energía eólica para recolectar el vapor de agua de la atmosfera. Whisson estima que existe alrededor de 10,000 millardos de litros de agua en tan sólo el kilometro bajo de la atmósfera del planeta.

Este molino utiliza refrigerante para bajar la temperatura de las aspas, mismas que están de manera vertical en vez de horizontal, de modo que, incluso la más leve brisa les de vuelta. Las aspas enfrían en aire, causando que el vapor de agua se condense, convirtiendo el agua en líquida de nuevo. Esta condensación se recoge y almacena, pudiendo lograr hasta 2,600 galones de agua a partir del aire de forma diaria.
Dos norteamericanos también han desarrollado un invento similar, con la diferencia de que produce menos cantidad de agua y requiere 12 galones de combustible diesel para para dicho propósito. El molino de Whisson, en cambio, es totalmente ecológico.